La Casa de los Dragones de Ceuta: un icono modernista entre mitos y arquitectura

En pleno corazón de Ceuta, en la Plaza de los Reyes, se alza uno de los edificios más emblemáticos y fotografiados de la ciudad: la Casa de los Dragones. Esta construcción no solo destaca por su belleza arquitectónica de estilo modernista, sino también por las impactantes figuras que coronan su azotea: cuatro dragones alados que parecen custodiar el edificio desde las alturas. Su imagen, cargada de simbolismo y fantasía, ha trascendido lo arquitectónico para convertirse en todo un emblema cultural de la ciudad autónoma.

Un encargo singular

La Casa de los Dragones fue encargada en 1900 por los hermanos Cerni González, una familia adinerada de Ceuta dedicada a actividades comerciales, al arquitecto valenciano José María Manuel Cortina Pérez, una figura clave del modernismo ecléctico en España. Cortina, autor de otras obras singulares como la Casa de los Dragones de Valencia o la Finca Roja, trasladó a Ceuta su estilo característico, en el que se mezclan referencias medievales, historicistas y fantásticas con el modernismo más decorativo.

La obra se concluyó en 1905, convirtiéndose desde entonces en uno de los edificios más destacados del ensanche ceutí.

Dragones de hierro: guardianes de la ciudad

Lo que confiere una personalidad única al edificio son los cuatro dragones que coronan sus esquinas superiores. Originalmente fabricados en hierro fundido, las esculturas se oxidaron con el paso de los años y fueron retiradas en la década de 1920. Durante mucho tiempo, la Casa de los Dragones conservó su arquitectura pero sin sus criaturas míticas, perdiendo parte de su esencia visual.

Fue en el año 2006 cuando, gracias a una iniciativa del Ayuntamiento de Ceuta, se repusieron los dragones mediante reproducciones en resina reforzada con fibra de vidrio, más ligeras y resistentes a la intemperie. Los nuevos dragones devolvieron al edificio su imagen original y lo convirtieron en una atracción aún mayor, especialmente entre los visitantes que buscan fotografiarse con este símbolo de la ciudad.

Estilo ecléctico y modernista

La Casa de los Dragones es un ejemplo sobresaliente del modernismo ecléctico de principios del siglo XX, donde se funden elementos neogóticos, historicistas y orientales. La fachada presenta un juego rítmico de columnas, capiteles, arcos lobulados y molduras decorativas que dan al conjunto una apariencia monumental y fantástica.

Las ventanas y balcones están flanqueados por columnas dobles y rematados con arcos de medio punto decorados. Los muros alternan el uso de ladrillo visto y piedra, lo que genera un interesante contraste visual. El uso de pináculos, almenas y elementos que evocan castillos medievales contribuyen a esa estética “de cuento” que hace de la Casa de los Dragones un edificio único en el norte de África.

Función y uso

A lo largo de su historia, el edificio ha tenido diferentes usos: fue residencia particular, sede de comercios, casino, e incluso sede de la Delegación del Gobierno. Actualmente alberga un establecimiento comercial en su planta baja y continúa siendo uno de los principales puntos de interés turístico de Ceuta.

Un símbolo para la ciudad

La Casa de los Dragones no es simplemente un edificio llamativo: representa la capacidad de Ceuta para ser un punto de encuentro entre culturas, estilos y épocas. Los dragones, criaturas universales en muchas mitologías, evocan tanto lo fantástico como lo protector. Su presencia en el skyline de Ceuta simboliza la fuerza, el misterio y el carácter singular de esta ciudad frontera entre dos continentes.

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